martes, 5 de febrero de 2008






Buenos días desde Cuacos de Yuste
Ya estamos en Febrero, el frio arrecia en las cumbres y la naturaleza, de dormida, parece muerta. Tan solo los arroyos, en el constante fluir de sus aguas, mantienen la sensación de vida. Tras regresar de Ibiza, donde los almendros ya están en flor, parece como si el plomo del cielo me contagiara su tristeza. La nubes, cenizas, se pegan literalmente a las cumbres y cuando parece que solo queda la dulce sensación de una tarde de lectura con el sonido de fondo de la lluvia tras los cristales……..






¡Perdonad!, no es que eche de menos la Isla, ya he vendido todo cuanto me quedaba en ella, y al hacerlo sentí como si me quitase un peso de encima. Mi primer pensamiento fue, ya no me queda nada aquí, dejo atrás treinta y tres años de mi vida, y esa sensación de liberación, duró tan solo un segundo. Lo que me queda de allí, son los recuerdos de las personas a quien he querido y quiero y el dolor sordo de saber que ya no podré verlas tanto como quisiera.
Recibid un abrazo con todo el cariño.
José Emilio
La Amistad no reconoce la distancia

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Parece triste tu comentario, aunque confirma tu deseo.
Que las decisiones que tomemos sean siempre un reflejo de los dictados de nuestro corazon.
Janin

Anónimo dijo...

“La melancolía que sigue al cambio,
incertidumbre de un nuevo devenir lleno de incógnitas, que nos hace conscientes del transcurrir del tiempo, estelas que se desdibujan a nuestro paso mientras miramos absortos el horizonte en el que apenas atisbamos a vislumbrar un espejismo de lo que seremos, aunque sólo los que han vivido pueden mirar atrás y ver en la espuma blanca bosquejar los finos trazos del porvenir...” José Emilio, has rescatado mi parte melancólica, gracias, espero que estés bien y sabiendo que son sólo unos cuantos kilómetros, un paseo para la amistad. Las fotos son impresionantes y espero (estoy seguro) que este "spleen" será pasajero. Un fuerte abrazo y hasta pronto. Alejandro m.e.